
En primer lugar, ¿Qué es el Tiempo?
El tiempo un bien intangible, abstracto,
irrecuperable, finito y perecedero. No se manipula ni almacena, es el
recurso más importante ya que está directamente relacionado con la
productividad tanto personal como en materia empresarial. En este sentido, todo
lo que es medible y producido se traduce en unidades de tiempo, es uno de los
recursos más escasos dentro de cualquier organización y a pesar de ello, uno de
los que mayormente se desperdician con más frecuencia.
El tiempo
es un activo administrable, y aunque muchos activos son recuperables y pueden
ser utilizados en algún propósito o compensarse, con el factor tiempo no se
puede hacer lo mismo. Por consiguiente, La mayor o menor pérdida de tiempo
representa disminución en la producción puesto que, la rentabilidad (perder o
ganar dinero) de un empresa será directamente proporcional al aprovechamiento
que se tenga de este recurso.


Es necesario tener en cuenta que, para aprovechar al máximo este tan importante recurso se debe tener una buena organización, de lo contrario, se perderá mucho tiempo y dinero respectivamente. Por consiguiente, en este aspecto es donde radica la importancia de este recurso.
Ahora bien, algunas causas de la malversación del tiempo
son:
- Mala
organización, que a su vez, se encuentra ligada con la planificación.
- Falta de
delegación
- Falta de
comunicación
- Desaprovechamiento
de las cualidades de cada trabajador
- Repetición
de tareas
- Mala
coordinación del personal
- Interrupciones
constantes
- Errores de
terceros
- Poca
puntualidad y control de horario
- Confusión
de prioridades
- Entre
otras…
Por otro
lado, la organización y el orden son la antesala de una mayor eficacia. Todo
desorden tiene resultados negativos y aún más para las instituciones, por lo
que para obtener una eficiente planificación, organización y lograr una buena administración del
tiempo, aprovechándolo al máximo, se debe:
- Planificar
y delegar funciones, cuando mejor planificado se esté, más tiempo se tendrá.
- Definir
metas, que una vez establecidas es importante cumplirlas y respetarlas.
- Llevar una
planificación diaria, puesto que ahorra tiempo y produce mejores resultados.
- Concentrarse
en lo esencial, es decir, resolver primero las tareas que ameriten prioridad.
- Establecer
un orden según la importancia de las tareas a desarrollar.
- Elevar el
grado de comunicación
- Tener en
cuenta y aprovechar al máximo nivel las cualidades que tenga cada empleado.
- Mantenerse
siempre en precaución (prevenir la ocurrencia de posibles errores).

Finalmente, las tareas importantes son una inversión de tiempo aportada a nuestras vidas o negocio, mientras que las no tan importantes son un gasto del mismo. De esta manera, si imaginamos que cada hora del día sea como un billete, dependiendo de cómo lo aprovechemos, lo invertiremos en algo o lo perderemos.
En cualquier Organización, lo ideal
es producir un resultado con el uso mínimo de recursos y en el menor tiempo
posible (lo que se conoce como eficiencia). Sin embargo, al aprender a administrar el tiempo
para el cumpliendo de las obligaciones, se crea un hábito con respecto
al cuidado de nuestro tiempo, y así mismo una mejor calidad de vida.

“El resultado de saber
administrar el tiempo como un recurso es: Ganar más tiempo libre, generar más dinero al
ser más productivos, vivir sin stress y, haciendo lo que nos gusta”
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